La adolescencia es una etapa delicada en el desarrollo del ser humano. No solo el cuerpo cambia, sino también va madurando la mente y la personalidad. Estos cambios hormonales hacen que los adolescentes sientan emociones al máximo, y que también tengan una mayor necesidad de privacidad e independencia.
Todos estos sentimientos se exacerban cuando un adolescente se ve forzado a enfrentar una situación extrema como la partida de un ser querido. Más aún cuando se trata de un amigo. La muerte inesperada de una persona joven es algo difícil de aceptar para cualquier persona, y en un adolescente, que prefiere mantener sus sentimientos ocultos, puede generar un vacío inmenso.
Podemos intentar ayudar a un adolescente durante el proceso de duelo y para ello, la tolerancia, la paciencia y el cariño serán claves. Estos pasos que describimos a continuación pueden servir de ayuda o guía:
Crear un ambiente de apoyo. Es importante dar a los adolescentes su espacio haciéndolos saber que estamos ahí para apoyarlos y escucharlos cuando estén listos. Debemos crear un ambiente donde el adolescente se sienta cómodo expresando sus sentimientos, y podemos empezar expresando cómo nos sentimos nosotros ante esta inesperada partida. De esta manera, intentamos entablar la confianza, mostrando nuestra propia vulnerabilidad.
El acompañamiento de la familia es clave. Almorzar juntos, salir a pasear o caminar, siempre mostrando afecto y comprensión. El grupo de amigos también toma un rol clave en este proceso. Los adolescentes suelen sentirse más cómodos hablando con sus pares que con los adultos, y debemos intentar fomentar toda su red de apoyo. Es importante que el adolescente se sienta querido y acompañado en todo momento.
Buscar la ayuda de un profesional. Algunos adolescentes prefieren no mostrar su tristeza y esto nunca debe ser interpretado como la falta de sentimiento o tristeza. Los adolescentes suelen preferir ocultar sus sentimientos porque no quieren mostrarse frágiles ni mucho menos, raros o diferentes a sus pares. Si pasa un tiempo prolongado, y el adolescente aún no se ha desahogado, es recomendable buscar la ayuda de un profesional.
Conversar para procesar. Esta puede ser la primera vez que al adolescente le toca lidiar con la pérdida de alguien cercano. Puede tener sentimientos encontrados, y sentir mucha confusión al no saber cómo procesarlos. Aunque a su edad tenga ya conciencia de lo que significa esta pérdida, estos sentimientos, y la falta de apoyo o de herramientas emocionales para enfrentarlos, pueden ser un obstáculo para lidiar con el evento.
Lo importante es aplicar la empatía para intentar entender cómo se siente el adolescente, y no agobiar con tantas preguntas. Este es el momento de estar y escuchar. Tenemos que practicar la tolerancia y la paciencia, porque es normal que estén “enojados” con la muerte inesperada del ser querido. Debemos recordar que aunque físicamente se están convirtiendo en hombres o mujeres, en el interior aún llevan la fragilidad de un niño.