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Me cuido por ellos

Foto del escritor: Jardín de la PazJardín de la Paz

Actualizado: 28 mar 2023


Noviembre Azul Cancer De Próstata


Noviembre es un mes que se viste de azul en diferentes países del mundo, y en todos los rincones de nuestro jardín. Esto que empezó en Australia hace ya casi 20 años, es hoy un movimiento que moviliza a hombres y mujeres en la lucha contra el Cáncer de Próstata. Aunque se asocia principalmente a la concientización, prevención y diagnóstico precoz del Cáncer de Próstata porque en el mismo mes, el día 17 de noviembre se conmemora el Dia Mundial de Lucha contra el Cáncer de Próstata, el movimiento busca también concientizar sobre otras enfermedades masculinas y la salud integral del hombre.


Cuando pensamos en todo lo que implica este movimiento de Noviembre Azul, no podemos dejar de pensar en lo que implica también el cáncer en la familia del paciente. La palabra “cáncer” parece escucharse cada vez con más frecuencia, y es un término que lastimosamente despierta sentimientos de miedo, angustia, enojo, estrés e incertidumbre. Sentimientos que nadie elegiría sentir si nos dieran la opción. Y es que el cáncer, más allá de afectar la salud física del paciente, puede afectar emocionalmente al paciente y a los que le rodean: su familia. Vale la pena recalcar que, por familia, nos referimos a parientes y amigos. Como pilar que es la familia, en todo momento, y sobre todo en momentos como este, hoy queremos darles un espacio de contención y apoyo en este proceso tan duro y difícil de sobrellevar.


Una de las cosas que vemos a menudo en situaciones difíciles como ser enfrentar la enfermedad de un ser querido, tiene que ver con los valores con los que crecimos . Esa voz interior que nos dice “tengo que ser fuerte y proteger a mis amigos y a mi familia”. Esto es sin duda algo que se presentaría para muchos de nosotros. ¿Pero cómo hacemos para estar presentes y ser fuertes sin descuidar nuestra propia salud? La familia es quien debe acompañar al paciente, pero es muy importante poder hacerlo sin perder su propio mundo. Y para ello, lo más recomendable es que tanto el paciente como la misma familia tenga el acompañamiento de profesionales de la salud. Mantener el equilibrio que existía en el núcleo familiar se vuelve prácticamente imposible, y encontrar una nueva manera de equilibrar todo se convierte en una necesidad.


Una de las recomendaciones del Instituto Americano del Cáncer, para aquellos seres queridos que cuidan de un paciente con cáncer es aprender a abordar con honestidad sus sentimientos y hablar con franqueza de las limitaciones que cada uno puede tener en este proceso. Compartir esto puede sonar para algunos egoísta, pero la realidad es que sólo evitará mayores problemas en el futuro. Mencionan también que mientras estemos acompañando y cuidando a un ser querido, es imperativo cuidarnos a nosotros mismos también. Esto implica, visitar al médico cuando lo necesite, dormir lo suficiente, hacer ejercicio, alimentarse bien, y seguir nuestra rutina normal cuando sea posible. No deberíamos sentirnos culpables ni egoístas por dedicarnos este tiempo. Al contrario, esto será lo que ayudará a tener y conservar la energía necesaria para cuidar y acompañar a nuestro ser querido.


Entre los consejos más prácticos que cita el Instituto Americano del Cáncer están:


  • Dejar siempre un espacio para hacer algo que disfrutamos. Lo ideal es que estas actividades:

    • Involucren a otras personas, como ir a almorzar con un amigo.

    • Te den esa sensación de logro, como hacer ejercicio o completar un proyecto.

    • Te hagan sentir bien y relajado(a), como ver una comedia o dar un paseo.

  • Aunque pueda parecer algo menor, es también importante hacer un esfuerzo por mantenerse al día con lo que ocurre fuera de casa. Dedicar un tiempito a leer el diario, ver la noticias, estar informados. Estos pueden ser temas de conversación con el paciente que van a dar un respiro a ambos del tema enfermedad.

  • Unirse a un grupo de apoyo o hablar con otras personas que están pasando por lo mismo puede convertirse en un gran sostén para los días más difíciles.

  • Y, por último, no trates de hacerlo todo solo(a). Buscá la ayuda de otras personas, siempre hay alguien dispuesto a darnos una mano hasta en las tareas más sencillas.

Dice una famosa frase que la familia es donde comienza la vida y el amor nunca termina. Que así sea siempre, en los momentos de felicidad, y también en los momentos más difíciles. Cuidémonos siempre, porque al hacerlo, estamos cuidando también de nuestra familia.


Fuentes:



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